Daniela Soto Daniela Soto

difusa

me gustaba poner cada cosa en una categoría

saber cuando un dibujo estaba terminado

en cuál cajón guardar cada instrumento

exactamente cuánto había tardado en dar la vuelta al circuito

el momento justo cuando naciste

y por más líneas que dibujamos en la tierra, como las que se ven desde el avión, alguien se sale de la huella o corta la esquina en redondo y el paisaje acaba pareciendo un boceto de esos donde el lápiz pasa imprecisamente cerca del mismo lugar varias veces

y no se sabe cuál es el trazo bueno final o definitivo

creo que así somos y nuestras vidas

difusas

sin límites claros

es una ficción el número exacto de semanas y días que llevas de desarrollo

que tenga claro el momento de nacimuerte de alguno de tus hermanos

y creo que la panza me cambia todo el tiempo de tamaño de modo mucho menos lineal que mis expectativas

difusas

indefinidas

Leer más
Daniela Soto Daniela Soto

qué escribir cuando todo va bien

¿la costumbre será sólo mía? de tener siempre preocupaciones dignas, bastante de qué quejarme, tanto por resolver

¿qué pasa cuando todo está bien? sé que la suerte cambia rápido y por eso me impido disfrutarla

en el mundo siempre tantas cosas parecen mal, la violencia crece, la naturaleza retrocede, la justicia no llega

pero cuando me enfoco en ello, cuando sufro las tragedias del mundo a costa de alegrarme por lo inmediato

no sano a nadie o acompaño; siento que me comprimo, me oprimo, como que no tengo qué dar

no sé escribir desde esta gratitud que lo inunda todo, me siento cursi

en este momento todo para mí va bien y no existe más, es fácil estar feliz aquí, pero es valiente

las personas que amo están conmigo, estamos sanos, no conocemos el hambre, no tenemos frío

me siento a salvo, me sé amada, desbordo para dar

mi trabajo sigue a mi curiosidad, me siento ligera

antes de dormir me imagino radiante cada vez más grande que alcanza para mojar poquito cada parte del universo

me siento diminuta y sin duda enorme, expansiva, sin orilla

en lo más lúcido me alegra tanto tu suerte que es mía, me duele tanto tu pena

las agradezco lo mismo

Leer más
Daniela Soto Daniela Soto

qué hacer con el dolor

“There’s this way in which we’re convinced that our pain should make us feel a certain way.”-Rabbi Paula Marcus

 

He leído y escuchado tanto sobre cómo responden otras mujeres a la muerte de sus hijos, a los caminos reproductivos largos y complejos. Dejé de imaginarme sola.

 

Y al mismo tiempo me pregunto;

¿en qué medida respondemos de la misma forma a una situación similar

y en qué medida sentimos algo porque lo hemos modelado unas para otras?

 

Me pregunto si hundirme en cada aniversario de muerte y fecha probable de parto, si devastarme ante mi periodo cuando antes me empoderaba, si odiar a cada embarazada y bebé es algo que surge naturalmente en mí

o algo que hemos decidido juntas que es lo que hay que sentir después de nuestras pérdidas.

 

He decidido permitirme sentirlo todo e irónicamente, ahora que las cosas parecen ir a mi modo, lo que más me cuesta permitirme es la alegría. El miedo, la indiferencia, la victimización y la desesperanza parecen seguros, como quedarme tirada para no caerme. Permitirme esta ilusión sin forma parecía imposible, pero abro los mínimos huecos un día a la vez.

 

He decidido permitirme sentirlo todo

como un flujo

que no se detiene

que deslava este resentimiento

esta amargura

como el tinte de una tela en el río

coloreándolo todo

sólo por un momento

hasta que el agua recobra su transparencia

cierta ingenuidad

abierta y ecuánime

y el dolor se siente lejano

suficientemente borroso para creerme capaz

de enfrentarlo tantas veces haga falta

 

Quiero seguir estando cerquita de la muerte, en paz en la incertidumbre, clara en lo que vale para mí. Viendo la cosa inmensa que contiene a esta otra que parecía enorme y me hace saberme insignificante. Quiero seguir estando sincera y vulnerable, jugando a pesar del miedo, dispuesta a perdonar, practicando escuchar, dudando de mis pensamientos.

Quiero dejar de buscar en otros la validación de mi dolor y mi dificultad, de mi existencia. Dejar de envidiar a quienes son afortunadas como yo no lo he sido. Poner atención a mis fortunas, ser generosa con ellas.


Quiero que mi dolor sirva para sostener el dolor de otras, sea cual sea su causa, su magnitud. Que sufrir sin evasiones me permita ofrecer alivio o compañía a otras. Que la gratitud cure poco a poco cada rencor.

 

Que el mundo tenga un gramo más de paz porque estoy aquí. Un gramo por cada hijx, por cada derrota, por cada pérdida.

Leer más
Daniela Soto Daniela Soto

mamá isla

a veces ser mamá es como ser una isla

solita en el mar

ola tras ola tras tsunami

y luego recuerdo que yo decido separarme del continente

a veces necesito espacio, el cielo completo, todo el aire para respirar

a veces añoro compañía

saber que me entienden como sólo otras mamás pueden

pero me comparo con ellas

envidio su suerte

no empatizo con su dificultad

quiero ser especial, la que lo está haciendo bien

la que ha sufrido más

nos juzgo, nos imagino pudiendo elegir tanto

como si en ser mamá hubiera alguna certeza

claridad de hacer algo bien

decisiones correctas e incorrectas, mejores o peores

como si condenar a quien tiene un camino diferente

validara el propio

como si no hubiera espacio para montones de maneras suficientemente buenas de maternar

nuestros hijos me han enseñado cuán poco alcanzo a ver

a seguir mi intuición, buscar ser leal a mí, fluir con más soltura

dejar fluir

mantenerme en mi centro

reírme más de todo, aligerarnos

y cosas que parecen errores monstruosos, tragedias inmesurables

resultan a nuestro favor

todas estamos improvisando

a tientas

nos aterra cagarla

y nadie tiene la respuesta

qué tal que pudiéramos acompañarnos

ser como la Polinesia

Leer más
Daniela Soto Daniela Soto

estar con lo que es

hago arte que me sana

que fluye orgánicamente

desde algo mucho más que yo

dejo que la belleza se encargue de sí misma

que no sepa distinguirse de la fealdad

no demuestro ni justifico

juego y me expando al crear

abandono y me contraigo al crear

me quito de en medio

y permito que las cosas sucedan

Trabajar en esta muestra es cuestión de supervivencia. ¿Podría ser de otro modo? Existir como humana es transitar ciclos con ineludible sufrimiento. Dejar ir una y otra vez, dejarse ir. Morir y volver a morir sin acostumbrarme nunca. Conocer las profundidades del amor sólo sosteniendo la muerte de lo amado. El acto creativo es entrar corriendo al miedo, manejar a toda velocidad y sin volante en una oscuridad espesa donde habitan dolores para descubrir que no son sólo propios. Las vivas convergemos en el dolor.

Hacer arte es un acto de descontrol, de des-identificación. El resultado no nos concierne, nos entregamos al proceso. Perdemos deliberadamente el rumbo. No buscamos ni siquiera la propia aprobación, la obra sucede a pesar de nosotras, nos atraviesa. Es atravesada por todo lo nuestro, especialmente lo desconocido. Es la mayor fortuna que pueda atravesar a alguien más, tomar forma al ser percibida.

Esta muestra no dura nueve días, ha durado cinco años. Una búsqueda más longeva que yo por aceptar la incompletud permanente, propia y de mis quehacer. Por dejarme deshacer por los hijos que hemos perdido, que mis muertos me coman y se vuelvan parte mía. Aceptar que acá afuera nada nos pertenece, nada controlamos. Encontrar significado capaz de desmembrar cualquier entendimiento de derrota.

Y cuando dejo de defenderme y me cuelo lo más adentro del dolor, dejo que se me cuele, que me diluya. Entonces desaparece, hay sólo juego, hay nada, la felicidad absoluta de no ser. Si algo he creado que valga la pena, está ahí.

No es una elección consciente, el arte me ha sido siempre inevitable. Quiero mostrarnos un intento tras otro de dejarme caer en lo inevitable, en lugar de sentirme arrojada. Reclamar la forma en que sin querer me salen estas cosas que hago. Que sean tal cual son y yo pueda ser del mismo modo. Que haya lo que hay.

Desear únicamente lo que ya es.

Y aprender a estar con ello.

Estar con lo que es.

Leer más
Daniela Soto Daniela Soto

feliz cumpleaños, luci

feliz cumpleaños, luci

decidimos celebrarte hoy, hace un año terminaste de nacer

no pude dormir, pensaba que probablemente este año ya nadie piense en ti más que nosotros

¿cómo darle lugar a alguien sin forma que vino por tan poquito tiempo?

extraño lo que sentí de tenerte viva; confianza, apertura, amor a todos

ahora me siento acorazada, cínica, envidiosa, como si fuera una incomprendida

te pusimos luci por luminosa, por anunciar tu muerte el día de santa lucía

quiero que celebrar tu nacimuerte me recuerde esa sensación brillante al menos por un segundo

la sensación de ver las nubes desde el avión sabiendo que estabas muerta

y seguías siendo tan luminosa

y sigues

pero me siento más segura en la sombra

en las más bajas expectativas

en apagar las ilusiones de quienes nos quieren y quieren a rumi

por si tuvieran que sofocarse otra vez

es difícil no culparme por no atreverme a sentirme bendita, iluminada, especial

por los intentos tontos de protegerme jugando a no estar embarazada

a que nadie va a nacer vivo

jugando a que amarte, luci, es no seguir adelante

jugando a ser menos merecedora, a estar rota

a aferrarme a las heridas para validar tu existencia y las de tus hermanos

pero luci, existes, estuviste viva

existes en sanar, en ser valiente una y otra vez

te quedas para siempre con nosotros

brillando en la más terca de las penumbras.

Leer más
Daniela Soto Daniela Soto

la casa de rumi

Rumi

si nuestra vida fuera una casa

viva como un animal

la cocina se habría contraído

para hacer espacio al fuego

para hacer espacio

a todos tus hermanos

revoloteando de colores

una casa animal

tranquila

respirando suave

con ventanas grandes

como fosas nasales

tranquila

de que si te mueres

Rumi

ahí están tus hermanos

una casa palpitante

que crece con nosotros

por si nacieras vivo

y se contrae

tranquila

que si naces vivo

no depende de nosotras

una casa mágica

donde tu cuarto

no tiene paredes

menos techo

tranquila

de que tu cuarto

parece una esfera brillante

pero no tiene forma

a menos

que nazcas vivo

y tome una forma

viva

cambiante como tú

tranquila

que vas a morirte un día

igual que yo

Leer más
Daniela Soto Daniela Soto

acuario

yo cuando miro al cielo me doy cuenta que tengo unas manchitas en los ojos

manchitas no, son como los bichos que veo en el microscopio

nadando en mi vista que es un acuario

a veces quisiera ver el cielo clarito nomás

pero a veces me sirven para acordarme de que mi mirada nunca es transparente de verdad

o para jugar a que son animales marinos y verlos flotar

Leer más
Daniela Soto Daniela Soto

una perrita inconveniente

yo paseaba a Yauhtli antes de encontrarla. la llevaba al final de una correa invisible, invisible también y le decía “vamos” cuando se quedaba olisqueando.

la vi por primera vez en un cartel de adopción en la cafetería donde Héctor compra pan brioche. supe que era ella.

descubrí su ferocidad al día siguiente de haberla llevado a la casa. descubrí su miedo al momento de ir por ella, flaquísima, a otro café.

a Héctor y a mí nos quiso apenas nos vio, vino a la casa sin ver atrás. a casi todas las personas antes de quererlas quererlas, quiere morderlas.

Yauhtli es una perrita inconveniente.

sumamente inteligente. poco compartida. incomparablemente generosa.

sufrí una crisis cuando pasaban meses y ella no dejaba de morder chamorros, pompas, brazos, ropas. de ladrar y mostrar dientes. gruñir. lanzarse.

atravesé varias crisis después que nada tienen que ver con ella. y en cada una me pregunto cuánto más difícil hubiera sido sin ella.

entiende casi todo el español, sobre todo lo que no está dicho. lo que no puede decirse. prefiere dormir enroscada en medio de mis piernas, de las de Héctor o una de cada uno.

Yauhtli nos enseña que hay todo otro mundo que no vemos, un mundo de olores, de sonidos muy lejanos, un mundo sin tiempo. nos enseña que las fronteras del amor no son, que están cada vez más lejos.

tener una perrita es muy inconveniente. hay que volver a casa a echarle un ojo, a que salga a hacer pipí. hay que pasearla mucho, para ella nunca es buen momento de volver a casa.

hay que prepararle su comida, dársela. enseñarle trucos. acompañarla a jugar, jugar con ella. desarrollar la habilidad de prevenir mordidas. seguir aprendiendo a presentarle amigos humanos.

tener una perrita es muy inconveniente.

tener una perrita es vital.

Leer más
Daniela Soto Daniela Soto

la trampa del pensamiento mágico

“We might expect that we will be prostrate, inconsolable, crazy with loss. We do not expect to be literally crazy, cool customers who believe their husband is about to return and need his shoes.”
Joan Didion, The Year of Magical Thinking

Como Joan, que después de que su esposo muriera no podía deshacerse de los zapatos de él porque pensaba que volvería a necesitarlos; cuando la realidad es intolerable me he descubierto cayendo una y otra vez en la trampa del pensamiento mágico. Me costó semanas entender cuando mi bebé murió, despertando cada madrugada con la frescura agudísima de la noticia. Me tomó meses interiorizar que Momo no va a nacer nunca viva, que no necesita la carreola.

Simultáneamente las personas a mi alrededor pretenden resolver o explicar nuestras situaciones trágicas desde la magia y la fantasía, incluso antes de que la racionalidad alcance su límite. (Véase https://www.danielasoto.com/blog/2024/10/15/explicar-la-tragedia)

Creo que la ciencia y la razón no son los únicos, ni los mejores, acercamientos a una verdad. Pero muy fácilmente el pensamiento mágico puede tornarse en contra de quien vive una tragedia porque genera la noción de que no es aleatoria, de que pasa por una razón mística, sistémica, moral o espiritual, de que de algún modo está en control de la víctima, de que desde nuestra visión ínfima y sesgada podemos entender eventos misteriosos, explicar por qué a mí.

En su libro When Breath Becomes Air, Paul Kalanithi escribe sobre su experiencia atravesando un cáncer terminal, al ser diagnosticado escribe: “As a doctor, I knew not to to declare “Cancer is a battle I am going to win!” or ask “Why me?” (Answer: Why not me?)”

Agradezco a mi mente las instancias de pensamiento mágico que me permiten digerir un suceso abrumador poco a poco. Ver una realidad cegadora como cuando abres los ojos parpadeando una y otra vez hasta habituarte a la luz.

Pero llega un momento cuando lo más sano es entender que la tragedia nos llega a todos, bad” things happen to good people y nuestro entendimiento más acertado quizás sea que tragedia y fortuna son aleatorias, que hay un gran factor de suerte en todo lo que nos sucede; que por más imaginaciones que generemos o información que busquemos, la realidad sigue más allá de nuestro entendimiento y nuestro comando.

No importa cuántas afirmaciones diga, cuántos rituales haga, cuánto visualice cómo quiero que sean las cosas, cuántos chequeos médicos nos hagamos, cuántos tratamientos, cuántos seguros compremos, cuántas precauciones tomemos: la gente que amamos va a morir, vamos a enfermar, vamos a perder.

En la serie de Shrinking, Alice, una adolescente que perdió a su mamá, tiene este diálogo con Paul, un amigo psicólogo mayor que tiene Parkinson, sobre sus compañeros de la prepa:

PAUL: Well, they are immature. They're teenagers. They haven't been through what you've been through.

ALICE: Well, then they're lucky.

PAUL: For now. Nobody gets through this life unscathed, not you, not me, Mr. Shaky Hands. But then you're left with a choice. Are you going to let your grief drown you? Or are you going to face it and come through the other side?

Tengo la sensación de que todas las vidas son difíciles, constantemente. Por momentos deseo que todo parezca fácil por un tiempo, o para siempre. Que esas cosas “terribles” les pasen sólo a otros. Y luego me acuerdo que me gustan las clases de yoga que me retan, que nunca son fáciles, en las que voy encontrando el modo, lo espacios. Que con la práctica puedo sostener la dificultad con gracia, con ligereza; mantener una postura incómoda en calma, con cierta comodidad.

Eso quiero aprender a hacer con la vida.

Ahora, no importa lo rota que me sienta, procuro estar ahí para las personas que quiero, sé que constantemente están pasando por cosas difíciles, a veces imposibles. Afortunadamente nuestros peores días no suelen ser simultáneos. Y sé que hay un modo: Juntxs, de frente, a través, con los ojos y el corazón abierto, respirando hondo, sosteniéndonos unas a otras.

Aquí estamos también para celebrar las pequeñas cosas, que Rumi está vivo un día más. Y yo con él.

Aquí estoy para nosotrxs. Aquí estamos para mí. La vida es canija, pero nos tenemos.

Leer más
Daniela Soto Daniela Soto

acercarme

Rumi:

Me acerco a ti como se acercan los animales salvajes. Tú desde la ingenuidad más pura. Yo sin poder ocultar las heridas, magullada, titubeante.

Te veo de lado y luego finjo ver otra cosa. Doy un paso y luego retrocedo. Hago medios círculos a tu alrededor, de lejos. Desisto por el día. Me voy a lo mío.

¿Quisieras acercarte tú? Los cachorros suelen deferir a animales más experimentados, supongo que tengo que hacerlo yo.

La verdad que no sé cómo. Otras veces fue tan natural, como si pudiera despertar ya hecha un ovillo contigo sin saber cómo nos encontramos. Ahora siento que tú estás aquí, yo allá. Pero el punto medio es donde tú.

¿Me esperas? Ya llego.

Mamá

Leer más
Daniela Soto Daniela Soto

ayúdame, momo

amada momo: 

ahora que llevo a rumi en la panza no puedo evitar recordar cuando estabas tú. te extraño con todo el cuerpo.

todo es distinto y a la vez similar, y me duele que no seas tú, que no pudieras quedarte. confíe de cabeza en que vendrías viva, me enamoré de ti sin cautela.

ahora me está costando sentir tal amor y alegría. será solamente el miedo acumulado, el dolor, la serie de muertes que he tenido en el cuerpo. será una confundida lealtad.

momo, necesito tu ayuda. necesito decirte que tengo que seguir adelante. que ser feliz es la mejor forma de honrarte. que amar a rumi con todo mi ser solamente puede ensanchar el amor inmenso que te tengo, que pase lo que pase eres nuestra hija, su hermana, parte de nosotros.

no puedo darte lo que quisiera, no siempre sé cómo ser tu mamá en la muerte, pero te siento, te ofrezco mi ser, mi amor eterno. te ofrezco la persona en la que me estoy convirtiendo, mi fuerza para seguir adelante.

momo, en cierta forma vives a través de mí. te ofrezco vivir de un modo que nos enorgullezca. permanecer atenta y fiel a lo más hondo de mí. levantarme. mi trabajo. mi generosidad. cuidar al mundo y quienes lo compartimos. mi práctica espiritual.

ayúdame a que corra el miedo, que la rabia avance, que la tristeza escurra. ayúdame a dejarlo todo pasar. a ocuparme sólo de ahora. de mí, de rumi. ocúpate de ti. sigue tu camino, enamórate de tu próxima vida como yo me enamoré de ti. como quien no conoce el dolor.

ayúdame a enamorarme así de rumi. que los hoyos que me atraviesan me vuelvan porosa y desbordante. ayúdame a amar como la primera vez. a permitir que esta oportunidad sea plena y nuevecita. que mis defensas no se interpongan. que el miedo no frustre todo lo que puedo ser. lo que tengo para dar.

mi más amada momo, ayúdame a ser fuerte. a descubrir todo lo que sí nos queda de ti además de dolor. 

siempre tu mamá

Leer más
Daniela Soto Daniela Soto

embarazo pos pérdida

embarazo pos pérdida, pos pérdida, pos pérdida

me molestan tanto las palabras de uso común para describir estas experiencias. no perdimos ningún bebé, no es como que no pudiérmos encontrarlos, sólo se murieron, dejaron de desarrollarse. aborto suena como una patada en el estómago. y cada vez que un médico nos dice infértiles quiero salir corriendo.

esta es la quinta vez que estamos embarazados, tenemos cuatro hijos más aunque estén muertos.

a ratos estoy furiosa por tener tanto miedo, me parece injusto haber perdido hace tiempo esa ilusión amplia y sin cautela. imaginar la vida con bebé vivo, comprarle cosas y asumir que podrá usarlas. planear la vida alrededor de las suposiciones de la maternidad. dar por hecho.

me enfurece ir al ultrasonido con el corazón en el cuello, sudando profusamente.

al mismo tiempo me he vuelto miope, no puedo ver lejos. el futuro es una pregunta. no estoy esperando la fecha probable de parto, ni siquiera me la tomo en serio. no he planeado que mi vida sea de un modo en particular. no me interesan los consejos sobre crianza, lactancia, sueño. de verdad que no podrían interesarme menos.

existe hoy. hoy estoy embarazada, hoy me siento así. y sobrevivir para mí significa poner energía en lo mío, preservar un egoísmo esencial. no me engaño, constantemente soy consciente de llevar a este bebé bendito adentro, de cuidarlo. amarle más allá de mis defensas. imposible pasar un minuto sin consciencia de ello con la sensación de estado alterado, la fatiga, las náuseas, la alegría, la irritabilidad y la ansiedad. pero, amado rumi, no puedo hacer mi vida alrededor de ti. tengo muchas cosas que me hacen feliz, amo mi trabajo. voy a darte todo, pero sin quitarme a mí. me cuido para cuidarte.

soy daniela, soy artista y soy muchas cosas. soy también mamá.

a ratos me siento tan sagrada y agradecida. una nueva oportunidad. hay días que confío de verdad, que me entrego a estar feliz, que la nausea sólo es alivio.

no sé cómo transmitir esta experiencia. a ratos envidio a quienes sólo han experimentado un miedo abstracto por sus hijxs. a ratos creo que se pierden de algo.

he pedido ayuda a todxs. les he contado ya. no podemos seguir pasando esto solos, contar la noticia cuando ya es una noticia de muerte. necesito celebrar. necesito tanta compañía, escucha, apoyo. ¿hasta qué punto es demasiado pedir ayuda? me ha costado tanto aprender a hacerlo, si hubiera habido de otra me hubiera desgarrado por lidiar sola con las cosas como me enseñaron.

pero no puedo sola. esto aprendí.

y no está en mis manos.

y no tengo más que ahora.

Leer más
Daniela Soto Daniela Soto

ahora estás aquí

rumi

piedra, montaña

a qué ritmo crece una montaña

cuánto dura un día para una piedra

un año para una montaña

ahora estás aquí

existe algo más que ahora

qué es el tiempo

Leer más
Daniela Soto Daniela Soto

ésta es nuestra historia y elijo contarla (parte 3)

-escuchar “It’s Love” de Woo-

¿Qué es este deseo?¿De dónde viene? ¿Es la necesidad biológica de perpetuar la especie? ¿La necesidad egoísta de transmitir genes? ¿Una imposición social y cultural? ¿Miedo a la soledad? ¿El ansia de herederos? ¿La culminación de la cachondez? ¿Amar tanto a la pareja que se busca más, más de él y de una, más a quienes amar? ¿Amar a la vida y querer compartirla? ¿Odiar la vida y querer inflingírsela a alguien? ¿Un accidente? ¿Un error de programación? ¿Querer transmitir aprendizajes? ¿Buscar maestros? ¿Añorar la propia infancia? ¿Querer enmendarla?

No sé. Para mí era en vergüenza y secreto. El éxito en este mundo no tiene lugar para maternar, se necesita otro compartimento. Las oficinas no tienen guarderías. Nadie quiere oír a bebé en un avión, un restaurante. Nadie quiere oír los aullidos de una mamá que no le va a conocer vivx.

La mujer exitosa no cicla, no parece ciclar. No materna o no es vista maternar. No se desmorona de deseo o de dolor, no en público. No falta al trabajo, no suda por bochornos. Se ciñe el vientre con ropa que no pone su género en duda, que evidencia su sensatez y su atractivo probablemente. La mujer exitosa debe parecer mujer, como ellos quieren que se vea una mujer, pero oculta todas las funciones y vivencias del cuerpo femenino.

Ese tipo de vida exige poseer, producir, consumir. Cumplir exigencias, complacer, intercambiar. Los clientes demandan atención constante. Las tías no han querido ver sus heridas, mejor re-vivir una vida distinta, sin hijxs, a través de sus sobrinas. Malentendí todo, y me lo tragué, ¿me lo inventé todo?

He deseado siempre, callada, en flagrante negación. He deseado en un futuro lejano que nunca iba a llegar, pero llegó. El deseo fue colándose a los rincones de nuestra vida. Pensábamos en hacer juguetes, volver a tejer, en bajar la mesa a una altura japonesa para incluirlos mejor, en eliminar riesgos del entorno, comprar más libros ilustrados. Y un buen día, escuchando exactamente la música que escucho ahora, cedimos a él.

No era la primera vez. Era la segunda.

Leer más
Daniela Soto Daniela Soto

amplitud

conforme crece mi respiración se abren espacios que poco a poco mi cuerpo puede abarcar. procuro no estrecharme o presionarme, buscando amplitud para estirarme. aún así duele, pero duele distinto.

¿será que puedo estirarme sin desgarrarme para dar cabida al dolor o al miedo?

conforme aprendo a amar más de verdad, más suelta, más hondo, a más seres; mi mundo se ensancha, soy menos individua y más una. me siento inaguantablemente vulnerable, invencible. ahora sé amar tanto mejor a los que ya cruzaron la muerte y poco a poquito a mí misma.

¿será que este desgarro sea inofensivo?

por momentos tengo la valentía de desvanecer fronteras, siento que se me diluye la piel, practico sostenerme en ese vértigo una respiración más antes de aterrizar.

me desdoblo, ondeo, me trasciendo por un segundo

entiendo de Darwin que la dificultad nos deja elegir: extinguirnos o evolucionar. hace tiempo sé que si soy peculiarmente yo, me escarbo un nicho en el mundo donde menos estorbo y más puedo ofrecer. la mía es una vida fácil que a ratos se siente imposible. ¿quién sería yo si nada se me complicara, si no doliera tanto?

¿de qué tamaño sería mi mundo?

saludo a mi dolor crónico cuando aparece y aprendo a decirle a mi mente que estamos a salvo, que ese dolor no anuncia peligro y que no voy a hacer el mínimo gesto por tratar de disminuirlo. dejo ser al dolor, hago lo mío y se atenúa.

¿puedo hacer esto con el dolor de alma?

crezco, me amplío, me ensancho, me integro, me disipo y todo se vuelve soportable

sólo así me cabe el aire en los pulmones

amo más allá de donde alcanzo, me des-identifico y sólo así puedo abarcar lo que me atraviesa

sólo así quepo en mí

an attitude of gratitude

a spirit of play

an air of lightness

every bit of kindness

Leer más
Daniela Soto Daniela Soto

ésta es nuestra historia y elijo contarla (parte 2)

-escuchar “An Ending, a Beggining” de Dustin O’Halloran-

Nuestra historia no tiene principio. Empezó antes del principio. No hay principio.

Del mismo modo no tiene final. La muerte no es un final, es como desvestirse al final del día, al principio de la noche, y descubrir que debajo del traje no había nada, que lo había todo, tanto más grande que el traje. 

¿El mundo es sólo lo que alcanzamos a percibir, a sentir? ¿Y más allá del mundo? ¿Universo? ¿Único verso? La sílaba que las contiene todas. Nuestra historia contenida en el punto de esta i. Un sólo sonido.

Cuando digo sus nombres, hijxs, me imagino que eso que por tener oídos llamo sonido es una onda interminable, que podrá alentarse y ampliar su longitud, pero viaja desde mi epicentro por el universo durante todas las eternidades. Así que digo sus nombres, de lxs que murieron, de lxs que vienen vivxs. Digo sus nombres y se vuelven parte del tejido del infinito.

Cosmeeeeeeee e e e  e  e   e        e                    e                            e                           e

Ajonjolíiiiiiiiiiiiiiiii i i  i   i   i     i      i        i                  i                            i                              i

Luciiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii i i  i   i   i     i      i        i                  i                         i                              i

Momoooooooo o o  o   o    o     o       o                 o                           o                             o

Xxxxxxxxxxxxxxnnnnnnn n n n n n   n       n           n                            n                          n

Eeeeeeooooo o o  o   o    o     o       o                 o                           o                             o

Cuando digo sus nombres me imagino al espacio plegándose, ondulándose como la superficie de un estanque cuando un insecto esquía sobre ella. Las ondas crecen y viajan por la atmósfera y el tiempo infinito, el espacio. El cosmos de Cosme.

Me encanta que otros digan también sus nombres, que nos los digan, que su sonido surja de otros centros. Pero a muchos les da miedo que escucharlos nos duela demasiado. Cuando es al revés.

Quisiera hacer música para ustedes, y que viaje así, que el universo tiemble como yo de amarles. No he sabido hacerla, pero después de que Ajonjolí murió compramos en Japón una cajita de música en forma de hongo y la hacemos sonar una y otra vez para ustedes. El universo se está llenando del traslape de las ondas de esa tonada.

Leer más
Daniela Soto Daniela Soto

ésta es nuestra historia y elijo contarla (parte 1)

—Escuchar “saman” de Ólafur Arnalds—

¿Tenemos más historia, más mundo, que lo que nos narramos?

Cada vez que cuento nuestra historia es tan distinta, se encienden partes y otras quedan en la sombra, unas se crecen, otras se distorsionan. He olvidado tantas y a veces me aterra. No quería olvidar ni una chispa de dolor, ni un detalle.

Puedo contarnos una historia del dolor más cegador y sin tregua. Y sería verdad.

Puedo contarnos una historia luminosa de asombro y crecimiento. Y sería verdad.

Muchas veces he contado mi dolor. Como si tejerlo en palabras tramara el hilo que me enreda la tripa y pudiera ir saliendo de mi cuerpo.

No sé si quiero contarnos otra historia. La historia de deseo y amor. Amor en serio, no eso que mal nombramos cuando demandamos y buscamos poseer. Amor sin reciprocidad. Sin condiciones. Sin lógica. 

¿Qué historia quiero contarles, hijxs? ¿La de la mamá que planeó suicidarse para escapar del dolor? ¿Para alcanzarlos atrás de la muerte? ¿La que decidió ser una suicida teórica? ¿O la de la que se levantó una vez, otra vez y más de 500 días con un hoyo en el pecho que amenzaba con tragársela? ¿La de la mamá que plantó un jardín imaginando que un día podrían amarlo como ella, aprender a amar al mundo? ¿La que lavó con cuidado todos los trajecitos de bebé, les descosió las etiquetas, los dobló y los acomodó por tamaños en un cajón?

La de la mamá con la panza vacía que vació el cajón y quiso deshacerse de todo, lo metió violentamente en una bolsa negra y terminó por sacarlo, alisarlo, doblarlo con cuidado y volver a acomodarlo en el cajón. La que cada día, al menos durante una respiración, creyó que era posible que alguien no se muriera, cargar a alguien con vida. La que salió a bailar y se olvidó de sí misma.

La mamá que no podía levantarse por náusea y mareo, luego por pena, luego por desesperanza, luego por envidia. La mamá con la panza llena que fue a nadar, que fue la más feliz de su vida. La que vio por cuarta vez un ser sin vida en un ultrasonido y dejó de saber para dónde es arriba. La que oyó por primera, segunda, tercera vez el latido de su hija antes de oír el silencio asfixiante de su ausencia.

Que aprendió de otra mamá que sus hijxs viven a través de ella y se levantó. Que se sentó en un círculo de dolor con otras mujeres a entender la vulnerabilidad como fuerza. Que conocía un abismo nuevo cada vez que le venía la regla.

Nuestra historia es un holograma, la totalidad está contenida en cada parte. Nuestra vida es un holograma. Nosotros somos un holograma de la humanidad entera, de toda la vida, de todo lo que existe. Somos un ángulo desde donde el holograma se mira. Somos el vacío entre el núcleo y los electrones. Somos las vibraciones que juegan a las partículas. Somos nada. No somos.

Leer más
Daniela Soto Daniela Soto

el mar

Miro el mar donde te despedimos. Luci. Pero es otro mar. ¿Qué tanto se hizo nube y luego mar otra vez? O es la que mira quien es otra. La luna está llena como esa vez. Pero es otra luna. Llena de otra cosa.

A un cielo así no hay que tomarle fotos, sería vulgar. Ni se diga pintarlo.

Duele de bonito. Como tú, hija.

Estos días constantemente tengo la sensación de animales voladores pasando a mi lado. Como sombras alegres de polillas grandes o pájaros chicos. ¿Eres tú, Luci?

No sé para qué escribimos, la mayoría de las verdades lo son por un instante.

Hay cosas que por estar tan cerca no se ven. Como la bruma. ¿Así de cerca estás, Luci?

Leer más
Daniela Soto Daniela Soto

basura

¿Esta basura de quién es?

Tuya.

El mar trae cosas de todo lugar de la tierra.

Nuestra.

Vuelve lo que empacamos, consumimos, arrojamos, olvidamos.

Mía.

Confío mi basura a un bote o un camión y no sé hasta dónde va a parar.

Esta basura es mía.

Leer más